La Competencia Emocional
La Competencia Emocional

En pocas palabras

La competencia emocional nos permite de no ser invadidos o dirigidos por nuestras emociones, sino de tomar consciencia y gestionarlas, para poder responder de una manera más apropiada a las situaciones que encontramos. 

Este trabajo sobre sí mismo, os permitirá también desarrollar vuestra empatía – la comprensión del otro, la capacidad de poneros en la « piel del otro ». En ese momento, la competencia emocional os aportará una mejor comprensión de la incidencia del emocional en la creación de situaciones relacionales y de la evolución que toman estas situaciones. Seréis capaces de gestionar las situaciones relacionales con más comprensión y discernimiento. Tendréis la capacidad de tomar distancia, guardar un cierto desapego (sin indiferencia), que os permitirán evaluar una situación en todos sus aspectos, y tener la flexibilidad y la apertura necesaria para encontrar una buena solución.

Según John Mayer y Peter Salovay (psicólogos americanos, « padres » de la inteligencia emocional) la inteligencia emocional designa « la habilidad de percibir y de expresar las emociones, integrarlas para facilitar el pensamiento, comprender y razonar con las emociones, así como regular las emociones en sí mismo y en los demás » (Mayer & Salovey, 1997).

La práctica de la competencia emocional reposa sobre la observación de sí. Como un científico, uno inicia una observación, un análisis y una reflexión pero el objeto de esta experimentación es uno mismo. Pues la primera etapa de la competencia emocional es la toma de consciencia de nuestros estados de ser y de nuestras emociones. A menudo, estamos demasiado en  la emoción o el sentimiento, para poderlo ver. La competencia emocional permite posicionarse en tanto que observador del sentimiento. Desde que uno empieza a observarse, uno crea ya una cierta distancia.

Habiendo tomado consciencia de una emoción o de un estado de ser, es posible aprender a controlar y gestionar este sentimiento.

Un condicionamiento se parece a un hábito : os mudáis, y la puerta de entrada de vuestro nuevo apartamento se abre a partir de la izquierda (más bien que a la derecha en el antiguo apartamento). Durante un cierto tiempo, váis a intentar abrir la puerta como antes, y encontraros en el otro lado de la manilla! De la misma manera, hemos aprendido modos de ser, y con la competencia emocional tenemos la posibilidad de cambiarlos.

Después, se puede ir más lejos, y comenzar a identificar nuestros condicionamientos : los modos de ser y actitudes que hemos aprendido por nuestra educación, nuestra cultura, nuestros padres, nuestro vivido. Estos condicionamientos no representan nuestra personalidad, sino simplemente un aprendizaje que es posible cambiar. A menudo, tenemos condicionalmientos que pueden traernos perjuicio, así como a los demás.

El objetivo buscado es una colaboración entre la emoción, el pensamiento y el corazón. Sin emociones perdemos la capacidad de dar un valor a algo y en consecuencia, la capacidad de hacer elecciones (Dr. Damasio). Las emociones dan color a nuestro vivido. Son también la fuente de la creatividad.

La práctica de la competencia emocional, el seguimiento individual, las formaciones de grupo y el Método Maam-Mara, os permitirán cambiar estos funcionamientos que os impiden expansionaros.

A lo largo de vuestro aprendizaje de la competencia emocional, veréis cambios, no sólo concernientes a vuestro propio bienestar, (ya no más nudo en el estómago, dificultades en dormiros porque el mental gira y gira …) sino también en vuestras relaciones con vuestros compañeros y vuestro entorno. Estos cambios positivos van a traer mejores resultados, soluciones a los problemas, una disminución de los bloqueos.

En el tercer nivel de la competencia emocional la persona aprende a gestionarse bien, a devenir más y más desapegada (sin indiferencia), se siente más calmada y serena en el interior, es atenta a los demás, está en grado de bien gestionar las situaciones que pueden presentársele.

Trabaja para llegar a unir los tres diferentes aspectos del funcionamiento humano: el corazón (no el sentimentalismo !), el emocional y el mental. El corazón es la fuente de nuestra personalidad, el centro del ser humano, y es la inteligencia del corazón que debe dirigir; el emocional y el pensamiento trabajan en complementariedad. Es allí que se encuentra la armonía y el bienestar interior durable, que no son dependientes del exterior, ni zarandeados por los acontecimientos.

Saber ser

Saber hacer

Consciencia de sí

Saber devenir

Saber ser

Saber hacer

Saber devenir

Association Stéllaire - Email : secretariat.maam-mara@stellaire-smbs.com

            Página

  Siguiente

    Stéllaire ©2010

Todos los derechos reservados

Quiénes somos

Formación

Formación personal

Coaching de vida

Competencia Emocional

Formación continua

Musica

Formación de los Músicos

Técnicas Psicomusicales

  1. Restaurar la imagen positiva

   de sí

Obras caritativas